Hay tantas estrellas en el cielo nocturno que podrías pasar horas enteras eligiendo la que mas te guste, algunas brillas mas que otras, otras parpadean, también están las que se esconden detrás de las nubes, o detrás de la luna, y es fácil verlas, solo tienes que levantar la mirada y allí están; y sabes que nunca se irán, podrás verlas cada vez que quieras, cada vez que necesites desahogarte. Se podría decir que son muy fieles, saben esperar, no engañan, no traicionan, no apresuran... Todos nosotros estamos hechos de estrellas y todos tenemos una manera diferente de brillar, hay quienes iluminamos mas, o quienes somos mas pequeños que otros, o quienes estamos detrás de la sombra de alguien, o quienes tenemos una luz muy tenue que hay que aprender a interpretarla. Todos somos estrellas diferentes; y también hay quienes están deslumbrados por dos estrellas, donde estas dos son capaces de iluminarlo todo, y si falta alguna, habrá una parte oscura; Tal vez una de ellas te ilumina cada vez que te mira, y es quien te ayuda a seguir adelante en ciertos caminos que parecen interminables, y la otra estrella te brinda calor, y esta ahí para levantarte, para protegerte en sus brazos y darte calor, darte alegría, paz, amor... Cada una de ellas necesita dedicación para que su fulgor sea cada vez mayor, pero si te ocupas de las dos a la vez, una se apagará, y tendrás una sombra muy grande, porque tampoco te dedicaste a la otra estrella para que brillara más.
Y créeme cuando te digo que eres mi estrella, la que quiero que brille por mí y para mí, puedes llamarme egoísta si quieres, porque acepto que soy egoísta contigo, y sabes que me duele verte... verte ahí con ella.



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